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Urban Tips | 3


[Urban 03 – Dos En La Ciudad]

Tantos ratos de ocio, solo podían ser bien ocupados sentados en aquél café de la esquina, al que durante tanto tiempo acostumbré ir.

Hacía mucho que no degustaba de aquél adictivo sabor a solas, sin compañía. Y si bien antes era grato ser reconocido siempre con una rutina, con gente alrededor, en ese instante me percaté de cuánta realidad perdida ocurría a un costado mío, sin ser notada.

Probablemente, hay hechos que ya son "habitualizados" en el cotidiano vivir; que si bien son excepción, el exponernos tan seguido a ellos nos insensibiliza, nos acostumbra. Así con la señora vestida de ropas usadas y que deambula con su hijo vendiendo aspirinas, o la nenita de ojos tristes que pide a cualquiera que le acepte uno de sus chocolatines.

Es interesante lo que sucede en los espacios más inmediatos a uno; el mozo que cumple turnos extensos, la cajera preocupada de no volver a errar con el dinero, las mesas contiguas que traen mundos paralelos, que te permiten cuestionarte una y otra vez, la validez de las propias amarguras.

En una de ellas estaba este par de tipos. Que los miraba mientras cuestionaba mi futuro, el éxito laboral que me intentan imponer, la satisfacción personal que tratamos que permanezca por sobre el resto.

Sus miradas intrigaban, hacían pensar en un secreto guardado entre sus ojos, con miedo a delatarse, ante el resto y ante ellos. Mensajes cruzados, que sacaba una sonrisa en uno, y el abatimiento en el otro; palabras que emocionaban al punto de poder yo, a mi distancia, percibir la intención de lagrimeo en uno de aquellos hombres de éxito.

Sin darme cuenta, y tal vez sin quererlo, comencé a formar parte de tu plática, intenté comprender aquella angustia. Mi pecho comenzó a apretarse, mientras notaba que estaba siendo partícipe del fin de una relación, de la desilusión de un alma y la angustia de otra.

Sentí que el momento de las lágrimas llegaba, pues mi involucramiento fue tal, que una de ellas caería desde mis ojos, al sentirme impotente de ser parte de esta realidad que hoy los separaba. No comprendía el por qué, ni cuán fuerte éramos como masa que limitábamos y regulábamos una elección que debería, a mi juicio, ser tan libre como el a quién amar.

Uno de ellos se fue, yo quedé atónito siguiendo su marcha. El otro agachó su cabeza, como si pudiera con su boca recoger el último trozo de corazón partido que en ese instante le quedaba. Inmediatamente me observó, reconociéndome como su cómplice en aquel asesinato mortal a un alma ilusionada; mis ojos le pedían explicaciones, les exigía correr detrás de aquél a quien quería.

Pero sus piernas no respondían. Para bien o mal no tenemos parámetros grandes en los cuales afirmarnos, me dijo. Si nuestra orientación fuera distinta, podríamos ampararnos en la buena imagen de nuestros padres, o en la de nuestros amigos, e incluso en el ideal que nos enseñaron en el colegio u otras circunstancias de vida. Pero no fue tal nuestra suerte, sino que nos obligaron a ser auto didactas.

Angustiado se defendía ante mí, como si fuera su juez en semejante matanza, y yo solo pensaba en que sin saber cómo, nos iniciamos, sin saber de dónde, nos aconsejamos; y vamos acumulando experiencias, vamos sumando errores y aciertos, en una lucha difícil para poder lograr aquello que muchos aún no han visto… algo estable.

Pensé que a veces pareciera cierto que vivimos a destiempo, y que mientras otros establecen su vida, algunos vivimos nuestra adolescencia; que mientras otros crecen, aún actuamos como chicos.

Sería ideal esperar que en algún momento no sea necesario aprender de los errores, o que realmente crezcamos de su esencia y no de sus malos sentimientos; para que un día, cuando estemos viejos, podamos tomar la mano de aquél que dice amarnos y en ese gesto, agradecer el sendero recorrido, los corazones vividos, las personas conocidas, pues cada uno de ellos nos habrá llevado al final del camino.

6 comments:

Anonymous said...

me parece bello too lo que dices,

te lo dije antes de que lo publicaras..

obveo siempre con la primicia...

buenos pensamientos

Anonymous said...

Náh. bien fome sería que todo siempre lo pintasen bonito y sin 'sentimientos malos'.

Mejor goza por cómo son las cosas y no por cómopodrían ser.-!

zé lérias (?) said...

Paulo, meu amigo:
É bom reler os teus "posts".
Continuas a explorar, no bom sentido, os sentimentos que movem a juventude. Gostei de ler-te, como sempre.
Continua.
...
Lamentablemente para ti, Argentina no va defrontrar Portugal en la copa del mundo de fútbol 2006...pero yo pienso que para Portugal podra ser lo mejor:Argentina tiene un equipo muy dificile de vencer.
Até sempre!

Anonymous said...

oie muy lindo lo que escribiste, de verdad me llegó caleta, sobretodo tb porque creo que disfrutar de un café sólo (como bebida y lugar :) es un arte y placer a la vez y pude seguir muy bien la linea de lo que escribiste, pensaste sentiste..o imaginaste, no sé... :), en todo caso, pasaba también para saludarte y por nostalgia, tal vez en algún momento podamos compartir un café juntos...;) un beso,

Anonymous said...

=)

zé lérias (?) said...

Leste alguma coisa sobre os seis bombeiros chilenos que morreram em Portugal ao atacarem fogos?

http://www.rtp.pt/index.php?article=248801&visual=16

ou:

http://www.asbeiras.pt/?area=geral&numero=32633&ed=11072006